A lo largo de su vida, Demi Moore ha experimentado transformaciones notables que van más allá de los cambios naturales del envejecimiento. Aunque la cirugía plástica ha jugado un papel importante, su estilo de vida también ha influido en gran medida en su aspecto.
La infancia de Demi no fue fácil. No creció en un entorno ideal: tanto su madre como su padre no fueron los más responsables y no tenían recursos suficientes para ofrecerle una vida estable. Desde joven, Demi era algo regordeta y sufría de estrabismo, lo que afectaba su autoestima y su apariencia. Para cambiar esto, pasó por varias etapas en su vida. Dejó la escuela, perdió peso, comenzó a trabajar como modelo y, con su primer salario, se sometió a una cirugía para corregir su estrabismo. Este fue el comienzo de su nueva vida.
A los 18 años, se casó, pero su matrimonio no perduró mucho. Fue su deseo de convertirse en actriz lo que la impulsó a buscar la fama.
Cuando era joven, Demi no se sentía particularmente atractiva, con un rostro más redondeado y rasgos poco definidos. No le gustaban sus cejas ni su nariz, pero siempre intentó hacerse un nombre en el mundo del espectáculo. En 1983, se casó con Bruce Willis, tuvo tres hijas y comenzó a cuidar más de su cuerpo y apariencia.
En 2003, invirtió grandes sumas de dinero para prepararse para su papel en la película *Charlie’s Angels*. Fue entonces cuando comenzó a someterse a varios procedimientos estéticos, como liposucción en muslos y abdomen, levantamiento de cejas y tratamientos para rejuvenecer su rostro.
En 2005, se casó con Ashton Kutcher, un actor 16 años más joven que ella. Desde entonces, Demi se obsesionó con mantenerse joven, probando dietas estrictas, tratamientos con sanguijuelas y diversos procedimientos costosos.
Los cambios en su mandíbula y los retoques en sus pómulos fueron parte de su búsqueda por mantenerse joven. Sin embargo, tras su separación de Ashton, Demi volvió a estar sola, aunque mantiene una buena relación con su exesposo, Bruce Willis.
Hoy en día, Demi es completamente diferente de la joven que aparecía en las fotos de su infancia. Si bien no oculta que su cuerpo ha cambiado gracias a la cirugía, también se dedica al ejercicio, cuida su alimentación y sigue tratamientos estéticos.
Aunque tiene tres hijas adultas, Demi sigue siendo considerada una de las más bellas. Sus hijas heredaron el rostro de su padre, Bruce Willis, pero Demi les transmitió su apariencia juvenil. La genética juega un papel importante en todo esto.
Cada una de sus hijas tiene un pequeño rasgo de sobrepeso que, si no cuidan su figura, puede volverse más notable rápidamente.
Demi comparte sus consejos sobre cómo mantenerse en forma y perder peso rápidamente. Ella sigue una dieta basada en alimentos crudos y empieza su día con ejercicios matutinos, que incluyen correr y gimnasia. Su rutina de ejercicios abarca pilates, yoga, natación y entrenamiento cardiovascular. Según ella, el secreto del éxito está en disfrutar de lo que haces y hacerlo todos los días.