“¡Sveta, te dejo!” declaró solemnemente su esposo. “Has subido de peso, tienes canas y te han aparecido esas desagradables arrugas.”
Svetlana empujó el plato de borscht con indiferencia y, con un tono despreocupado, casi solemne, anunció: —Svetlana, ¡te dejo! Ante aquellas inesperadas palabras, la mujer de 45 años dejó caer la taza que tenía en las manos, la cual se hizo pedazos al estrellarse contra el suelo. Svetlana miró a su esposo y, al ver … Read more