La agricultura familiar se ha convertido en un estilo de vida cada vez más elegido en los últimos años. Se basa en la autosuficiencia, la preservación casera de alimentos, y, en ocasiones, en la producción artesanal de textiles, ropa y otros artículos destinados al uso doméstico o a la venta. Este modo de vida atrae a muchas personas porque permite mantener un nivel de vida sencillo, sin la necesidad de grandes recursos económicos.
Una de esas personas es Mamá V, quien decidió cambiar radicalmente su vida. Cansada del ritmo acelerado de la ciudad, dejó atrás la vida metropolitana para cumplir su sueño: construir una cabaña aislada en el bosque. Sin embargo, en lugar de una cabaña, comenzó su nueva aventura viviendo en un viejo minibús escolar.
Aunque el minibús parecía ser una solución ideal, pronto resultó ser demasiado pequeño para compartirlo con sus perros y gatos. Fue entonces cuando Mamá V decidió buscar una opción más espaciosa, aunque sabía que no sería fácil, tanto por la planificación como por la falta de recursos económicos.
Un día, uno de sus vecinos, queriendo deshacerse de un antiguo remolque que llevaba años abandonado en su jardín, se lo ofreció a Mamá V de manera gratuita. Al verlo, exclamó emocionada: «¡Es feo, pero es mío!».
Para renovar el remolque, Mamá V tuvo que vender su minibús y pedir ayuda a sus amigos Jayme y Kevin. Aunque el remolque estaba en muy malas condiciones, con suciedad y algunos daños, su estructura estaba intacta y no tenía filtraciones. Además, contaba con algunos electrodomésticos en funcionamiento, como un horno microondas combinado y un refrigerador.
Tras un arduo día de limpieza, sus amigos dejaron a Mamá V para que disfrutara de su nuevo hogar. El remolque resultó ser más acogedor de lo que parecía al principio: incluía dos tanques de propano llenos, un sofá cama, una cocina completamente equipada, dos camas individuales, un baño con ducha y bañera, un panel de control para servicios públicos y mucho espacio de almacenamiento.
Con su remolque listo, Mamá V comenzó a imaginar el jardín que siempre había soñado. Ahora, junto a sus mascotas, tiene un lugar al que puede llamar hogar. Rodeada de vecinos amables y dispuestos a ayudarla, Mamá V finalmente ha encontrado la paz y la vida sencilla que siempre anheló.