Cuando a esta abuela le propusieron renovar su apartamento, siempre rechazaba la idea, alegando que no le quedaba mucho tiempo de vida. Había perdido a su esposo poco después de cumplir los 50 años.
Aunque pensaba que no viviría mucho más, por ahora disfruta de la vida al máximo: sale a pasear con sus amigos y se va de compras.
Durante los últimos 15 años, todos hemos intentado convencerla de renovar su hogar, pero siempre insistía en que quería que la casa permaneciera tal y como estaba en tiempos de su esposo. Finalmente, aceptó que se llevara a cabo la renovación.
Comenzamos por reformar la cocina, transformándola en un espacio más luminoso y cómodo, y luego le dimos un toque de mejora al baño. Después, sugerimos modernizar el techo y poner un nuevo linóleo. Compramos muebles nuevos y cambiamos el papel tapiz, que ella misma había colocado con su abuelo. También enlucimos las paredes…
Después de una renovación tan profunda, tuvimos que sacar toda la basura del apartamento. Revisamos el cableado y movimos los interruptores a lugares más cómodos.
Aplicamos masilla en las paredes: primero la base y luego el acabado. También reemplazamos los radiadores. Al final, todo salió según lo planeado.
Una vez que las paredes estuvieron secas, las lijamos, luego pintamos el techo y lo decoramos con molduras.
Elegimos un papel tapiz de vinilo sobre fliselina. Para darle un toque moderno, una pared se decoró con un diseño especial y las demás se dejaron lisas.
¡Y aquí llega la sorpresa! La abuela decidió dejar los armarios antiguos en la casa en memoria de su abuelo, pero afortunadamente aceptó un sofá nuevo. Ahora, sin duda, se sentirá mucho más cómoda y feliz.